Nos presentamos en Riglos con la emoción que eso conlleva.
De nuevo vamos a tocar bolos, esta vez la idea era hacer uno de los mallos
pequeños, el Mallo Colorao por la vía Anorexia (135 mts, V+).
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De nuevo en Riglos |
La vía y las reuniones están equipadas, con 10 cintas expres tienes para hacerla.
Según la guía de Riglos, la vía tiene las chapas doradas, aunque el dorado no
lo vimos por ninguna parte. Nos salieron 4 largos de grado máximo V+. Y luego
para bajar, hay que rapelar por su cara este, hay una sabina equipada con cordinos,
desde ahí son 35 metros hasta el suelo, para volver por una senda hasta el
pueblo otra vez.
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Mallo Colorao |
Desde Riglos, en media hora llegas a la base del Mallo
Colorao. Una vez averiguamos la vía que era, y tras esperar un poco a que
saliera una cordada que iba delante, nos metimos en faena. Los primeros pasos
siempre nos resultan algo difíciles, entre que el primer seguro andaba algo
lejos, y las manos algo frías por el viento que hacía, nos costó sentir bien
los bolos.
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Bonitas vistas alrededor |
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Aproximación al Mallo Colorao |
El grado del primer largo es de 40 mts, V+, donde un par de
esas panzas típicas de Riglos ya te van indicando que te lo vas a pasar
bastante bien. Una vez llegamos a la reunión, ya estaban las manos calentitas y
además el viento empezó a notarse menos.
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Inicio de la vía |
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Llegando a la reunión |
El segundo largo es de 35 mts, IV, algo mas tranquilo que el
anterior ya que el mallo empieza a tumbarse un poco, al coger altura ya
empiezas a disfrutar de las vistas alrededor.
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Asegurando en el segundo largo |
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Buenas vistas |
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Vista de Riglos y el río Gállego |
El tercer largo es de
40 mts, IV, tras pasar alguna panza
divertida, aquí el mallo se tumba bastante hasta llegar a la base del último
largo, una reunión muy cómoda, donde el mallo se vuelve a poner vertical otra
vez.
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Una mirada al último largo |
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Última parte del tercer largo mas tumbada |
De aquí hasta lo alto del mallo, solo quedan 20 mts , V. Una
última panza divertida que da acceso a la cima del Mallo Colorao, desde aquí,
un breve paseo sin perdida, pero con cuidado de no tropezar, hasta encontrar la
sabina, con sus cordinos. Desde aquí montas el rapel y a disfrutarlo.
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Último largo |
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Reunión cómoda para el rapel |
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Rapelando la cara este |
La vuelta es otra media hora o menos, tranquilamente, hasta
el pueblo, donde en poco rato puedes estar degustando lo que te apetezca con
unas vistas absolutamente maravillosas.
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Vista de los mallos pequeños |
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