lunes, 26 de junio de 2017

Descubriendo Islandia


Una vez acabamos la travesía de Landmannalaugar, la idea era visitar todo lo que nos apeteciera de Islandia. La duda era que, para los días que nos quedaban, podíamos intentar hacer la Ring Road, carretera circular a la isla en coche, sin parar demasiado o, por lo que finalmente nos decidimos, pasar más tiempo por el sur y el oeste de la isla y dejar para otra ocasión el este y el norte.

Alquilar un coche es la única forma de llegar a partes de la isla que de otra forma no llegarías, así que nada más llegar de vuelta a Reykjavik después del trek, nos fuimos a recoger el coche. Nosotros alquilamos en Lagoon Car Rental un todoterreno y la verdad es que nos fue muy bien.

Lo primero que pensamos es, en visitar lo que llaman el Círculo de Oro, muy turístico pero innegociáble, una auténtica maravilla.  El histórico Parque Nacional Pingvellir, contemplar el agua que escupe Geysir hacia el cielo o verla caer en la impresionante cascada de Gullfoss.
Choque de placas tectónicas


Geysir


Gullfoss

Seguimos dirección sureste para, pasando por delante de las majestuosas Seljalandfoss y Skogafoss (ya las habíamos visto con el trek realizado) irnos a dormir a Vik.

La mañana la dedicamos a visitar las playas de arena negra  y columnas basálticas de Reynisfjara, con sus frailecillos (puffins) volando alrededor nuestro.

Playa de arena negra

Columnas de basalto

La idea era, a partir de media mañana salir en dirección este para llegar hacia el mediodía a la laguna glaciar de Jökulsárlón, este sería el punto de retorno hacia el oeste de la isla.
Y ya de vuelta después de picar algo, como nos habíamos dejado alguna cosa para hacer más amena la vuelta, paramos en Skaftafell, espectáculo de lenguas glaciares y verdor. Subimos en una excursión  de 1.5 h mas o menos a ver la Svartifoss, con sus columnas basálticas, una de nuestras cascadas favoritas.

Laguna glaciar

Svartifoss

Después de dormir en camino en Hörgsland, retomamos la vuelta para dirigirnos hacia la península de Snaefells. En camino paramos en el promontorio de Dyrholaey e intentamos encontrar los restos del avión DC-3 de la marina de EEUU que se encuentran en la playa de arena negra de Sólheimasandur.

Al fondo los 3 trolls petrificados

Restos del Douglas militar

Snaefells es una auténtica pasada, y bien merece recorrer bordeando toda la península. Ver focas en Ytri-Tunga, las playas de arena dorada y columnas basálticas de Dritvik, visitar el Parque Nacional de Snaefellsjökull, hasta acercarse al faro de Falki a ver ballenas, para nosotros era imprescindible ver el volcán que inmortalizó Julio Verne.

Ytri-Tunga

Cuevas de enanos en Snaefells

Playa de arena dorada

Posiblemente la montaña mas fotografiada de Islandia

Dormimos en camino con la idea de proseguir ruta hacía los Fiordos del oeste, lugar no tan visitado porque requiere desviarse bastante de las rutas principales pero, a su vez, tranquilo y espectacular por el recorrido entre pistas de arena, subiendo montañas, recorriendo fiordos, un sitio donde se para el tiempo.


Hacia el oeste

Fabulosas vistas

La idea era llegar hasta Isafjördur donde dormiríamos, acabaría nuestra ruta y muy a nuestro pesar, la visita a los Fiordos del oeste, no sin antes disfrutar de los acantilados de Lätrabjarg y explorar la playa rosada  de Raudsadnur, recorrer tranquilamente de punta a punta los fiordos y disfrutar de la alucinante cascada Dynjandi.

Dynjandi

Vistas de los fiordos

Tramos de pista por montaña

Ya de vuelta en Reykjavik, pudimos disfrutar durante un día más del casco viejo, el puerto viejo, ir en busca de ballenas en barco, los bares…

Iglesia en forma de aguja

Homenaje a los vikingos

En busca de cetaceos

Parte del ayuntamiento

Este ha sido el breve resumen de lo que fue una semana en coche por Islandia, sitio al que merece la pena gastarse los cuartos y visitar, inolvidable.

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